Tras un periodo de consolidación (marcado por el perfil del mercado), el precio del contrato subió (1).
Los compradores tenían las de ganar. Seguro que entre ellos había algunos grandes que podían influir en el precio. Pero cuando el precio subió a 12640, se acercó a la zona de resistencia en torno a 12800, que se puede trazar desde los máximos de la parte izquierda del gráfico. ¿Qué podría estar pensando el «comprador colectivo»?
¿Comprar por debajo del nivel de resistencia? Eso podría ser una mala idea, porque los vendedores podrían ser fuertes y activarse aún más si el precio sube. Y entonces, al absorber las órdenes limitadas de los vendedores, los compradores pueden quedar atrapados e incurrir en grandes pérdidas.
¿Qué hacer? Compruebe (pruebe) la actividad de los vendedores. Si el precio baja, los vendedores tendrán que reactivarse, porque piensan que se está iniciando una nueva tendencia bajista.
Así es como interpretamos la vela 2. Tiene volúmenes inferiores a la media, lo que indica que los vendedores son pasivos. Por lo tanto, los compradores se están confiando antes de la ruptura de la resistencia. Comprobaron el sentimiento y se aseguraron de que el mercado es más alcista que bajista.
Como consecuencia lógica, vemos velas alcistas en volúmenes superiores a la media tras la prueba (2). El «comprador colectivo» con los grandes jugadores a la cabeza confía en atacar el nivel de resistencia y pasa audazmente a la ofensiva.
El razonamiento descrito es un ejemplo de la lógica de Tom Williams, creador de la estrategia VSA. Seguramente, en esta situación, habría llamado a la prueba de oferta la vela bajo el número 2.
El propio Williams admitió que esas pruebas son sus configuraciones preferidas para entrar en posiciones largas.
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