Las opciones son contratos especializados que otorgan a su titular el derecho (pero no la obligación) de comprar un activo financiero en el futuro en una fecha concreta y por un precio predeterminado.
Ejemplo. Cómo funcionan las opciones
Has comprado una opción:
- con una fecha de vencimiento = 1 mes,
- que te da derecho a comprar = 1 bitcoin
- a un precio de = 30.000 $.
Si al cabo de un mes ves que el precio de los bitcoins = 35.000 $, puedes ejercer tu derecho a comprar la moneda a un precio inferior al de mercado.
Tu beneficio al hacerlo = 5.000 $ menos el coste de comprar la opción.
Pero también es posible otro escenario. El precio del bitcoin baja a 25.000 $, por ejemplo. Entonces puedes decir «paso» y no activar el derecho de compra.
En este caso, tu pérdida = el precio de compra de la opción.
Y esto tiene una ventaja, porque el coste de la opción (también conocido como «prima») es una cifra fija. Así es como las opciones permiten limitar las pérdidas. Por ejemplo, has comprado una opción por 200 $ y el bitcoin cae 5.000 $. Tu pérdida es sólo de 200 dólares, no de 5.000, que podrías haber perdido en el mercado de futuros o al contado.
Si compara las opciones con las acciones, las criptomonedas o los futuros, son más complejas porque tienen sus propias especificidades que no son comunes a otros mercados. Por otro lado, es lo que permite reducir riesgos, crear nuevas estrategias de negociación y optimizar las existentes.